sábado, 14 de mayo de 2016

RUAPAMA

Bueno chicos, hoy toca hablar del consumo, la publicidad, el dinero... y todas esas cosas que son un poco "rollo" pero vienen en el libro de Sociales y tenemos que aprender.

Así empezó la clase con los niños de 6º y a medida que íbamos hablando y comentando todos estos "interesantes" temas de economía que a los niños les vuelven locos (léase con "rintintin"), me empezaron a contar sus problemas con el ahorro y cómo es muy díficil resistirse a los "coches de choque" que vienen sólo a su pueblo una vez al año. Es imposible no gastarse todas las propinas de abuelos, tíos, papás y vecinos generosos con esa musiquita típica de las atracciones de feria y que nos hace perder la cabeza.

Ante mi obligación de intentar inculcarles que el ahorro es necesario hice la siguiente pregunta... ahora mismo... ¿Qué es lo que más deseais tener? y la respuesta llegó en menos de un segundo y al unísono: ¡unas zapatillas de led!
Bueno, seguí hablando, pues tenéis que pensar la manera de poder ahorrar el dinero para conseguir las zapatillas, tendréis que  resistir la tentación de la cancioncita machacona de la feria y ser capaces de dejar una parte para las zapatillas.

Os prometo que a partir de ese momento pasé totalmente a un segundo plano, por no decir tercero, y los de 5º que estaban haciendo otra cosa empezaron a dar ideas y en menos que canta un gallo había tal revuelo en clase que nadie me escuchaba. Estaban quedando para ir juntos a la biblioteca, montar una empresa, vender productos, hacer un slogan, inventarse un lema, un nombre, buscar clientes y conseguir unas zapatillas para cada uno.

Yo no salía de mi asombro, ¡fue como abrir la caja de Pandora! y al día siguiente, repito: AL DÍA SIGUIENTE, vinieron corriendo emocionados a contarme que ya tenían 10 € y que se pasaron la tarde trabajando y vendiendo de puerta en puerta sus productos.

En esta sociedad nuestra tan encorsetada, me parece que muy mal no lo estaremos haciendo en el cole cuando unos niños de 10 y 11 años son capaces de reunirse, trabajar en equipo, ponerse de acuerdo, repartir tareas y hacer piña por una meta común. Sin contar su inciativa emprendedora y su entusiasmo por aprender cosas.

Además, su imaginación no terminó ahí. Muy pensado, como tiene que ser, la portavoz del grupo me dijo... ¡Oye, Ana, lo menos que tienes que hacer es quitarnos el examen de sociales. Mira todo lo que hemos trabajado! Ya veremos, les dije, pero lo que ellos no sabían es que mis objetivos para el tema estaban más que logrados. Así que aunque les hice sufrir un poco... al final les quité el examen, bueno, más que quitar lo cambié por su proyecto que estaba infinítamente mejor.

En homenaje a ellos va este vídeo... ¡Enhorabuena chicos!¡No perdais nunca ese espíritu!


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